«La inmigración es el gran tema de nuestra época»
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Preocuparse de la inmigración es preocuparse del futuro de los ciudadanos que merecen el mayor de los cuidados de parte del Estado; así también lo saben muy bien en el Danube Institute, organismo que lleva 11 años impulsando ideas y conceptos relacionados entre la democracia y patriotismo, lo que según ellos mismos dicen, solo pueden resguardarse a través del Estado-nación, quien ofrece la única base segura para la democracia, y que un nacionalismo cívico tolerante es la única base para un internacionalismo democrático exitoso. Esto lo llevan a lo concreto con investigación, análisis, publicación, debate y el intercambio académico.
Aprovechando la ocasión de la celebración del CPAC Hungary 2024 sostuvimos una reunión el día 26 de abril con el investigador, experto en inmigración y miembro estable del staff del instituto, el Dr. Krisztóf Veres, donde se pudieron analizar los desafíos en este tema tan importante en el mundo, en palabras suyas «la inmigración es el gran tema de nuestra época», con las olas migratorias que sufren muchos países y que están generando graves problemas en la convivencia y la armonía de quiénes residen en Europa y que ahora lamentablemente comparte esta realidad, Chile. Le expresamos que en los últimos años se ha experimentado una verdadera invasión (dado el volumen) de extranjeros que ya no solo vienen a buscar trabajo u otros que puedan ser acogidos por tener calidad de refugiados desde estados fallidos, como intentan algunos gobiernos de izquierda hacer aparecer, sino que llegan individuos con la clara intención de realizar acciones delictuales y criminales que incluso han protagonizado fenómenos para los chilenos, desconocidos hasta este momento, como es el sicariato, el rapto y el descuartizamiento.
Todo este panorama para la gran mayoría, desolador, fue contrastado con las políticas migratorias que el estado húngaro ha implementado durante años, las cuales han sido tremendamente criticadas por la Unión Europea y se le ha imputado falsamente de no respetar los tratados de límites de Schengen (por el que puede circular libremente toda persona que haya entrado regularmente por una frontera exterior) y cuya acusación es solo producto de la agenda de desprestigio impulsada por la izquierda hacia los países como Hungría.
Cuidar el tejido social, la velocidad de ingreso de individuos de otros países y su homogeneidad implica observar la calidad de inmigración que llega al país, y de enfatizar en lo delicado que son choques culturales si no se toman los resguardos que merece, es una prioridad en las palabras del investigador del Danube Institute, quien es especialista en el tema al desarrollarlo del análisis complejo e interdisciplinario de la crisis migratoria centroamericana utilizando la crisis migratoria europea como marco comparativo.
En este sentido el el dr. Veres se mostró muy proclive a desarrollar una línea de colaboración con el contexto latinoamericano, en particular con la Alianza Pacifico, (Chile, Perú y Colombia) que actualmente sufre una verdadera guerra soterrada del gobierno narco comunista de Nicolás Maduro y el que ha visto como una forma muy efectiva y atractiva de recopilar Divisas que van originalmente para los familiares en el estado caribeño pero se aprovecha de estas remesas provenientes de diferentes países.
Volviendo al caso húngaro, a la administración de Viktor Orban se le critica su politica en materia de mercado laboral y mano de obra, en que los trabajos estarían reservados únicamente para los húngaros, lo que no es cierto, lo que pasa es que se lleva a cabo una cobertura foránea solo en caso de que no hayan trabajadores locales disponibles. Acerca de las categorias separadas de permisos de trabajo basadas en las calificaciones, los permisos de residencia pueden ampliarse si el solicitante cumple las condiciones de convivencia social, demostradas mediante un examen sobre cultura húngara, lo cual es natural y lógico tener que medir la inserción de los individuos que llegan a una sociedad, y evitar que se formen guetos que pueden ir desde comunidades aisladas inocuas hasta bolsones de delincuencia donde impere el tráfico de drogas, de personas y que incluso derivan, en la mayorÍa de los casos, en la imposibilidad de la presencia del Estado.
Ciertamente todo ello reviste desafíos en materia de seguridad nacional de la gestión de las policías y de su formación en términos de inteligencia fronteriza de intercambio de información con los países limítrofes, lo cual ha sido exitosamente abordado por el gobierno húngaro, solo que se ve permanentemente apremiado por el factor comunicacional que se presenta frente a estos hechos y el manejo mediático que pueden tenerse con este tema, que, digámoslo, no están apoyando al orden ni a las necesidades de los húngaros, sino que se trata de que ese “migrante” (individuo en permanente tránsito, término acuñado por el progresismo) licúe las sociedades como las que el marxista, otrora militante del partido comunista polaco, y reconocido seguidor de Gramsci, el filósofo polaco-británico Zygmund Bauman deseaba en su mundo ideal sin fronteras.