El fomento de centros de conocimiento

En la tarde del día jueves 2 de mayo tuvimos una entrevista muy interesante con el Director de Estudios Europeos del Máthias Corvinus Collegium (MCC) de Budapest, el español Rodrigo Ballester en las dependencias de esta prestigiosa institución, ubicada en el sector de Tas Vezer, que hoy está siendo uno de los principales faros en la defensa de la cultura occidental.

En dicho encuentro que duró cerca de de 1 hora y 30 minutos, conversamos distintos desafíos que tenemos en el ámbito educativo y de la promoción del éxito de Hungría en las áreas de innovación tecnología y también de defensa de los valores tradicionales. Como una persona con vasta trayectoria en política europea viviendo en diferentes paises del viejo continente, Ballester piensa que es fundamental poder generar vínculos entre Hungría y los países latinoamericanos en términos de intercambio universitario a nivel de profesorado y de estudiantes, que “ellos puedan tener la experiencia de vivir en una sociedad que procura no tener divisiones sociales causadas por el feminismo, el movimiento woke y los ataques constantes a la religión cristiana”, una sociedad que no enarbola banderas de identidad de género, que cuida y protege a la familia y que está preocupada del desarrollo de los individuos en todos los aspectos. Así le planteamos desde nuestra mirada de Chile y el contexto latinoamericano nuestra admiración con el modelo educativo que también ha seguido Hungría y que ha sido profundizado, en términos de especificación de la mano de obra calificada que ostenta el país de Europa central, y también expresando nuestra enorme preocupación por los cambios sociales abruptos que ha sufrido la región latinoamericana en términos de la polarización, niveles de pobreza en aumento, asi como los niveles de delincuencia y irrefutable ausencia de Estado en el resguardo y la seguridad de sus conciudadanos.

Recientemente nombrado como comisionado ministerial del gobierno húngaro en Educacion Superior, asume un gran desafío, enfatizando en crear comunidades capaces de intercambiar experiencias, ideas innovadoras, e ir formando un ecosistema donde, tanto el individuo como en su relación con otros de manera colectiva, se van enriqueciendo a medida que van trabajando juntos; en sus palabras, “no solo se refleja en el ámbito académico, sino que además va creando ecosistemas capaces de responder a los desafíos de la economía global”, donde los países pequeños no necesariamente tienen que sucumbir ante la disputa de la superpotencias como China y Estados Unidos, sino que pueden generar centros de desarrollo, de innovación y de especialización, que sean altamente competitivos y que puedan generar un factor diferenciador que dé valor agregado a las comunidades donde se despliegan.