High fist

High fist

Getting your Trinity Audio player ready...

La izquierda (en sus versiones populista y marxista) ha estado en la palestra a través de dos de sus alcaldes emblemáticos; tanto Daniel Jadue como Jorge Sharp, hicieron noticia desde sus cargos por distintos motivos. Ambos representan a la vieja y no tan nueva izquierda, ambos con ideas nuevas de puro viejas y ambos con los puños en alto. El compañero Jadue ha sido formalizado y se encuentra en prisión preventiva, a priori la evidencia señala que es un peligro «para la seguridad de la sociedad». En tanto, Sharp anuncia que no se repostulará.

Tras la formalización el Partido Comunista (PC) manifestó su molestia y desconfianza en el proceso, no sin antes rodear el Juzgado con manifestaciones, apoyos y movilizaciones al estilo comunista. Incluso organizaron una guardia pretoriana y femenina, la cual en todo momento rodeó y acompañó estoicamente al formalizado alcalde Jadue. Banderas, discursos mesiánicos y puños en alto reflejaron los descontentos y cuestionamientos al Poder Judicial (ese que actúa en autonomía) antes y después de la prisión preventiva. No conformes con lo anterior, los comunistas recurrieron al manual de siempre, es decir, aducir persecución política, esas fuerzas oscuras y viscerales que actúan en contra del inofensivo comunismo. Fuerzas oscuras que se articularon en contra del alcalde y su monolítico partido. El PC y su mirada de mundo sustentada en la ciencia marxista se enfrentan a nuevos molinos de viento, molinos de conspiradores locales e internacionales.

El comunismo local no lo está pasando bien, sin duda, mantendrá sus pies en la calle mediante lo que ellos llaman: “presión social”, más allá de lo sucedido con el formalizado Jadue. Con dicha presión buscarán avanzar (imponer) en su agenda parlamentaria y de gobierno, pero ese es otro tema. Por ahora, el comunismo intenta sanar la herida judicial con nuevos embates de la vieja y siempre útil lucha de clases y el antagonismo social; la ministra del ramo ha señalado que los sueldos no mejoran por la mezquindad de los empresarios y su afán capitalista. Un discurso recurrente y roñoso de opresores y oprimidos, una película en blanco y negro, esa eterna lucha con el puño en alto oculto bajo ropajes democráticos, que los acerca al modelo cubano y venezolano, más que al chileno. Jadue desde su cautiverio (no tan feliz) señala estar “listo para las batallas que vendrán”.

Desde otra vereda municipal, el alcalde del puerto (ya no brilla como la joya del Pacífico) y coterráneo apareció en televisión en horario estelar. Jorge Sharp sabe de levantar el puño en señal de lucha (reales e imaginarias) desde su época universitaria hasta su primer triunfo municipal. El compañero Sharp se radicó en Valparaíso (al igual que muchos que “salimos a estudiar al norte”), aprovechó las movilizaciones estudiantiles y sociales logrando situarse en el esquema político con aires de nueva izquierda (críticos de la transición, de la concertación y del modelo económico), esa generación que nos viene a decir lo que debemos hacer a pesar de su inexperiencia en todo sentido, salvo su pasada por asambleas y federaciones universitarias, y el constante ánimo refundante (lo imposible es posible) y de petitorios sin financiamiento.

Tras dos periodos en la alcaldía, el ya no tan joven Sharp ungió a su eventual sucesora en el municipio, una continuadora natural frente a una gestión cuyo balance presenta luces y sombras; el puerto mantiene una cojera y dificultades no menores, pero el caudillo no duda en responsabilizar a las gestiones anteriores mirando a los panelistas. Durante su participación televisiva señaló su intención de ampliar su capacidad de injerencia y acción política (el municipio quedó chico en su estrategia de proyección), al parecer sabe que cuenta con un respaldo no menor en electorales (un piso de votos). Su discurso a ratos es dicotómico, aunque no la nombra, de seguro cree o al menos analiza algunas situaciones sociales desde la lucha de clases y se siente cómodo con conceptos e interpretaciones del marxismo cultural.

Sharp, es un representante de regiones de la generación gobernante que repele el pasado concertacionista y el modelo económico, incluso prefirió distanciarse del Frente Amplio (FA), pero nacieron en una matriz en común y están entrenados para decir poco en mucho, “hablar bonito y de corrido”, sabe y saben que el partido, la atención se juega desde la discursividad y de instalar una idea fuerza (no necesariamente realizable) en pocos segundos a través de las pantallas y las redes sociales. Pensará Sharp que el actual es meramente reformista y que gobierna con las pautas de los treinta años y los cuatro generales. No lo sabemos.

Durante el programa televisivo (dominical) sus respuestas pasaron por distintos temas y no necesariamente respondió lo preguntado (llevó agua a su molino), aprovechó a diagnosticar en ese eterno devenir del “nosotros tenemos las respuestas”. Si no les resulta culpan al otro, a los poderes fácticos y poderosos de siempre. Lo más llamativo de su intervención fue que levantó una idea nueva de puro vieja, enfatizó en la trascendencia de mirar al mar, de ver el futuro de Chile en el Océano Pacifico y en su posición geográfica privilegiada, una propuesta “novedosa” que no fue corregida por ningún panelista (fueron muy tolerantes). Al parecer Sharp, de un momento a otro olvidó todo lo pactado por Chile, los foros, acuerdos, tratados y las firmas existentes relacionadas al multilateralismo (cooperación) ya existentes en torno al Pacífico, este vasto mar interior que une continentes y permite el despliegue de economías abiertas a los mercados. Es de esperar, que alguien que aspira a otro cargo de representación (posiblemente senatorial) cuente con la preparación necesaria, más aún, con su cercanía al Estrecho de Magallanes y al puerto de Valparaíso. A veces no basta con levantar el puño.

Rodrigo Ojeda

en_USEnglish